El camino continúa hacia la Fuente de la Tía Viviana, punto de encuentro con otro de los senderos recomendados del Parque, que asciende hacia el Mirador de Orellán. El sendero de Las Valiñas asciende levemente lo que nos permite admirar el característico paisaje rojizo de las Médulas, las curiosas formas de los picos de la montaña que en otoño reflejan los colores parduzcos, rojizos y ocres de las copas de los altos castaños, robles, madroños y alcornoques que a lo largo de los siglos han ido poblando las laderas del circo.

La ruta asciende hasta su punto más alto, llegando a “La Cuevona” y a “La Cueva Encantada”, dos bocaminas de una galería con una altura de casi 30 m., desde las que puede observarse los restos de la red hidráulica y los derrumbes (posteriores el tiempo), obteniendo una imagen semejante a la provocada por el método de “Ruina Montium“. Es uno de los puntos del recorrido desde donde mejor se puede observar el circo de la explotación minera (hoy cubierta por un inmenso bosque de castaños) y comprender la verdadera dimensión de la mina.

La senda de Las Valiñas es una ruta circular por lo que una vez visitadas “La Cuevona” y “La Encantada” vuelve por el mismo sendero hasta encontrarnos con un camino que se desvía a mano derecha y que desciende hacia la zona cultivada del valle y nos conduce al punto de inicio, el pueblo de Las Médulas.